lunes, 16 de noviembre de 2009

"Ánimo didáctico"

(varios medios 14.11.09)

Que conste que no me posiciono. Solo pregunto. Las Autoridades educativas de Extremadura han patrocinado recientemente un “taller de masturbación”. Evidentemente la connotación es erótica. La pregunta consiste en cuál es la diferencia entre en profesor que dirija uno de estos talleres y el señor perfumado, de ojitos entornados y mejillas encendidas, que ronda a las afueras de los colegios a la caída del atardecer. ¿Qué uno es docente de pago y el otro lo hace por simple afición? Y, ¿Qué impediría que este último alegase también una altruista intención didáctica?. Ahí queda la pregunta...

"El silencio de las cacerolas"

(Intereconomia tv, 14.11.09)

Grabación de una muchedumbre de “fieles” lapidando a una mujer en Irak. Filmación deficiente. Está hecha con un móvil. En la escena se ven otros brazos extendidos, enfocando con sus respectivos aparatos al cuerpo que recibe las pedradas ávidos por no perderse detalle. No todo son piedras. Un alma caritativa utiliza un bloque de hormigón sobre la cabeza de la mujer quizás para abreviar sus sufrimientos, o tal vez para alcanzar mayor gloria en su protagonismo, no se... Otra alma, embargada esta vez de encomiable pudor, baja las faldas de la joven para preservar su dignidad ante tan solemne diligencia, o puede que para neutralizar su potencial capacidad de inducir al pecado aún en tan delicado momento, tampoco lo se... Móviles, hormigón y pudor...Y el caso es que yo ya no escucho el vocerío de fondo de la muchedumbre, sino el del ruido de cacerolas... El pacifista odia las armas, prefiere protestar las intromisiones de su país en asuntos ajenos con “caceroladas”. Se me ocurre que tal vez también van a empezar a odiar sus confortables casas construidas con los mismos bloques de hormigón con los que en otros lugares se aplastan cabezas. Aunque lo cierto es que ya me conozco determinados argumentos: El petróleo, dirán algunos. Sí, como en Afganistán donde los talibanes se bañan en secreto todos los días en su oro negro encendiendo la envidia del corrompido occidental. ¡Ah,!, pero ¿Hay petróleo en Afganistán?. Bueno, quizás todo sea cuestión de buscarlo bien. O tal vez utilicen aquello de los grupos de integristas descontrolados y se quieran olvidar de las lapidaciones “oficiales” en penas impuestas por Tribunales Islámicos con todas las de la Ley. O quizás utilicen su argumento, favorito entre todos, aquel del “...y tú también” y saquen a relucir la siempre socorrida y eternamente rediviva inquisición cristiana. Ëste último es el que más me gusta de todos por su rigor académico. Bello ejemplo de culturalismo comparado “asincrónico” ¡Con dos cojones!. Porque, señores progres, la diferencia que uds. prefieren olvidar es que en occidente hace siglos que se superaron las leyendas negras de antaño y nos avergonzamos, como no, de ellas; mientras que en otras partes del planeta, aunque utilicen teléfonos móviles para grabar una lapidación, siguen moralmente en la edad media mas oscura. Y eso ocurre porque allí hay unos pocos señores, incluido alguno tan intelectual como uds., que con oro negro o sin él les interesa mantener ese estado de cosas para seguir beneficiándose del chiringuito; y porque aquí hay otros señores ¡Progresistas de baratillo! Que instalados en ese progreso occidental que ganaron sus padres con sangre, se dedican a hacer turismo cultural a Petra, a hacerse la foto montaditos en un camello junto a las pirámides y a no quitarse el simbólico kefiyr ni para ir a la playa. Acallan su conciencia con los 30€ que al año donan a su ONG favorita, y si a alguien se le ocurre intervenir de cualquier otro modo donde no nos llaman, ellos tocan las cacerolas...

viernes, 13 de noviembre de 2009

Otra autocensura

Por razones reservadas, de nuevo resuelvo la autocensura "temporal" de los dos últimos posts:

-"Perder un hijo (II)"
-"Vilipendiada Violeta (II)"

miércoles, 11 de noviembre de 2009

"Perder un hijo"

(Las Provincias, 11.11.09)
¿Se acuerdan ustedes de cierto episodio en el que un ciudadano árabe se apoderó de su hijo y lo retuvo en su país islámico sustrayéndolo a la custodia de la madre europea con la que había mantenido una relación?. Fue un asunto sonado que despertó las más vivas polémicas. Incluso se hizo una película sobre ello. Bueno, realmente la polémica no fue tal ya que la opinión pública occidental fue unánime en rechazar con vigoroso vituperio la maniobra paterna y en ponerse incondicionalmente del lado de la madre dolorosamente privada de su hijo.- Hoy ha quedado visto para sentencia en Estados Unidos el juicio celebrado contra una madre española que sustrajo (y que aún mantiene en España) a su hijo habido con un ciudadano del citado país americano. Digo como inciso, que me resulta pueril el alegato final, de apenas diez minutos, de la defensa. Según ésta última “la decisión de la madre quizás no fue la mejor pero fue la que creyó más conveniente”, la cual nos sitúa absurdamente en los infinitos argumentos que podría esgrimir cualquier delincuente basados en ese hacer lo que a uno más le conviene. No se cual será el fallo, pero hay algo en toda esta historia que echo de menos. No veo que, de modo especial, se haya suscitado ninguna tensión en la opinión pública como en el caso del primer suceso que he citado; ni he observado, al menos en la prensa de aquí, ninguna tendencia a considerar el dolor de un padre privado de su hijo. Y eso, señores, ¿qué quieren que les diga?, pues como que no lo termino de ver claro...

"El valedor ecuménico"

(Sobre un comentario de La Ser 10.11.09)
Cierto político vasco, ya retirado y de reconocida estrategia dialéctica acorde con su formación jesuítica, parece ser que nos ha exigido recientemente “dignidad y respeto” para con determinado caballero detenido hace poco, entre otros motivos por sus presuntas relaciones con ETA. Dichas relaciones se han establecido partir de la incautación de documentos que se sucedió el pasado mes de abril en París al último “gran” ideólogo de ETA Ekaitz Sirvent y en ellos se mostrarían al parecer las citadas relaciones del antedicho señor con la banda terrorista. La habilidad de este político consiste en aplicar lo que Jakobson llamaría una relación metonímica entre el todo y la parte, o como diría el antropólogo James George Frazer el impregnar al modo de “magia por contagio” la consideración general del detenido con aquella otra particular que le concierne por el sólo hecho de pertenecer al género humano. En efecto, nuestro veterano político ignora deliberadamente el hecho de que al ser humano se le puede considerar desde múltiples dimensiones. Antes he utilizado intencionadamente el término “genero” para referirme a su dimensión biológica cuya integridad debe ser respetada, evidentemente, en sus términos más absolutos. A ello cabría añadir su dimensión emocional, aquella que obliga a todo ser humano a respetar la dignidad de las demás personas y por la que nos repugna provocar en los otros cualquier tipo de sufrimiento moral o psicológico. Respeto este sobre el que además sentimos el impulso de extenderlo incluso al entorno de sus seres queridos. Nuestro valedor, o mejor dicho él del detenido, prescinde sin embargo de la dimensión intelectual, aquella por la que voluntariamente cada hombre asume sus ideologías y sus creencias (aunque resulta evidente que es “esa precisamente” la dimensión que reclama, escondiéndose detrás de las demás). Nadie está obligado a respetar “a priori” cualquier ideología ni a considerar la dignidad de quién la propugna por su simple hecho. La dignidad y el respeto por las ideas, señor mío, se las tiene que ganar uno mismo. Y su defendido, señor valedor, para muchos ciudadanos, es un sujeto cuya ideología no merece ningún respeto en absoluto ni aún menos favorece el concepto que pudiera merecer su dignidad personal. Y si no le gusta lo que digo, sea ud. congruente al menos y acepte el respeto por las posturas contrarias también en los demás.

martes, 3 de noviembre de 2009

"La respuesta"

(ADN-03.11.09)
El “US New York”, navío de guerra recientemente construido por los Estados Unidos con varias toneladas de acero procedente del derrumbe de las Torres Gemelas, ha prestado hoy su particular homenaje a la tragedia desfilando -e imagino que haciendo sonar sus sirenas- por delante de la “zona Cero”. Me ha extrañado la ausencia de comentarios sobre el valor simbólico del evento. Se le hubiera podido dar muchos destinos al producto de la demolición. Algunos dirían que se hubiera podido mitigar mucha hambre de niños afganos, o disponer de libros con los que contrarrestar el adoctrinamiento integrista; tal vez se hubiera podido proveer el sueldo de numerosos expertos que elevasen el nivel de vida de la población tanto en el aspecto social como en el económico; o dotar de infraestructuras que propiciasen un mejor desarrollo. Todo ello para sanear ese caldo de cultivo de dónde nacen los odios ancestrales con que una parte del mundo le gustaría devorar a la otra. En su lugar, la respuesta ha sido justo la que hubiera querido el Terror. Ese terror que necesita la retroalimentación constante de los ciclos de violencia para subsistir. Y por ello se me ocurrió pensar que quizá la culpa de todo no la tuviesen los fabricantes de armas o los insaciables consumidores del petróleo, como siempre nos está repitiendo la progresía intelectual, sino los fabricantes de mártires; aquellos contra los que las manos blancas no sirven. Porque al fin y al cabo las empresas pueden reciclarse, como el acero de las Torres Gemelas, pueden cambiar y adaptarse a nuevos escenarios para subsistir, pero el odio no. El odio siempre seguirá alimentándose del mismo fuego. -

"La solución a la crisis"

(ADN-29.10.09)
La conferencia del ex presidente Aznar en el Circulo Ecuestre nos ofrece una fórmula en tres puntos para acabar con la crisis; alguno de los cuales no deja de llamar la atención, al menos por su originalidad. Me refiero concretamente al segundo punto, sobre medidas para paliar el paro, donde el conferenciante propone dentro de las medidas a tomar en la política de desempleo aquellas que “estimulen a los desempleados a buscar trabajo”. Me pregunto cuánto le pagarían al Sr. Aznar por su conferencia (y si acaso no le exigieron luego que devolviera el dinero). Sin comentarios...

lunes, 19 de octubre de 2009

"La aparición de una nueva eximente"

("Levante EMV" - 19-10-2009)
El partido gobernante nos ofrece, a traves de la Ministra de Igualdad, un curioso argumento, fruto de su fertil ideario que se refiere, precisamente, a una de las pocas cuestiones en que hombres y mujeres jamás podrán ser iguales por mucho que algunos se empeñen como es el de la gestación o embarazo. Vaya eso por delante. La frase, que cabe suponer ha sido elaborada a priori conciencudamente antes del discurso, se encuentra citada textualmente: "Ninguna mujer puede ser penalizada por tomar una decisión tan dificil como es la de interrumpir su embarazo". Asi pues, la materia cuestionable es de tipo penal, la acción consistente en "interrumpir el embarazo" y la circunstancia modificativa de la responsabilidad ( y que debiera de eximir dicha responsabilidad) es la de que se haya llevado a cabo la acción en el contexto de "una decisión dificil". Ante razonamientos como este no me extraña que la oposición, atrincherada en su defensa de la vida y no en la de la libertad de decisión, redoble con mayores brios su cruzada antiabortista; del mismo modo que tampoco me extraña el goteo de pérdida de votos que este partido gobernante esta sufriendo, al menos de aquellos que todavía conservan su facultad de raciocinio. En Derecho Penal hay que atender a la literalidad del precepto. Por tanto la decisión que opera como eximente debiera ser "dificil"; es decir, que no sea fruto de la frivolidad, el capricho o el desprecio por el bien jurídico protegido. Cuando dicha circunstancia se cumple con literalidad, la eximente debe de producir la falta de responsabilidad penal.- Sospecho (mejor dicho, lo sé. Todos lo sabemos) que lo que aquí se está ventilando no es el modificar la responsabilidad sino sencillamente el despenalizar la conducta en términos absolutos (aunque la decisión sea frívola, caprichosa o con desprecio). Lo que me llama la atención son los aspectos reguladores en que se ha planteado dicha cuestión poniendo énfasis en la existencia de una "decisión dificil". Como si cualquier atraco a un banco o el asesinato del tio rico a quién su sobrino calavera quiere heredar debieran de quedar impunes en aquellos casos en que el criminal cometió el acto despues de tomar la decisión tras un laborioso calentón de cabeza. Mas aún, quizás usted pueda algún dia violar a su vecina sin que le pase nada si luego alega que le costó mucho tomar la decisión de hacerlo. Felicidades por su nivel intelectual señora ministra y a su jefe por nombrarla.

martes, 11 de agosto de 2009

"El abuelo feliz"

(Sobre una noticia aparecida en el Diario “Las Provincias” 11.08.09)

Confieso que jamás podré entender el llamado Derecho a la Información en los términos tan absolutos con los que unánimemente se considera. Las únicas restricciones que ocasionalmente funcionan suelen referirse al honor y a la intimidad de las personas y a los secretos promovidos por las instancias interesadas y no siempre de modo eficaz. Todos parece que nos olvidamos de que existen ciertos límites que no debieran traspasarse nunca por la simple aplicación de lo que en los países civilizados llamamos “Ética” profesional. El problema surge cuando son estos propios valores éticos los que cojean. El ser humano, a su nivel mas primitivo, funciona por la ley del reflejo condicionado. Tiende hacia aquello que le procura una gratificación y rechaza lo que le ocasiona sensaciones desagradables o poco placenteras. El consumidor de información (lector de un periódico, por ejemplo) consume aquello que le gratifica. El periodista informa de los sucesos porque estos tienen un público muy nutrido. Las razones de esta gratificación habría que buscarlas en la consulta de un psiquiatra, dónde por cierto también podríamos encontrar psicópatas, drogadictos, alcohólicos y otros especimenes no tan singulares de la raza humana. A partir de esto último debiéramos preguntarnos por la moral de quienes favorecen o comercian con ciertas debilidades enfermizas de los demás. Confieso, digo, que jamás podré entender esa “ética” que defiende el derecho a ciertos consumos, donde a unos individuos se les proporciona el placer producido a partir de las circunstancias dolorosas de otros. Una niña murió ayer triturada por las hélices de la lancha que manejaba su abuelo. El cronista conoce su trabajo y sabe de los matices que interesan a sus lectores: Después de describir con precisión las partes de su cuerpo donde la niña sufrió las lesiones mortales, pregunta al abuelo “¿Tiene ud. sentimientos de culpabilidad?”. La gente necesita conocer el grado de sufrimiento para degustar mejor la bazofia de la que se está alimentando. Y luego había que redondear el articulo con una buena fotografía. Seguramente el periodista hubiera preferido otras, ustedes ya se imaginan a cuales me refiero. Pero, a falta de aquellas, por lo menos pudo colocar una del abuelo. La recortaron de una foto familiar de cumpleaños. Y allí, en la mismísima portada del diario y bajo el titular de la tragedia, aparece la foto del abuelo sonriente y feliz como en uno de los días mas dichosos de su vida. Todo sea por una buena elaboración del producto, al fin y al cabo estamos hablando de profesionales. Todo esto tiene un nombre. Se llama “aberración humana”, y como ser humano me avergüenzo de los que comercian con este tipo de información y de los que se gastan el dinero por consumirla. Se que resulta impopular decirlo, pero no acepto este tipo de “Derecho a la Información”.

viernes, 7 de agosto de 2009

"Cuestión de bemoles"

Cierta comunidad autónoma está estudiando implantar la castración química voluntaria a los condenados por violación. Y ello pese a que la comunidad médica ya se ha pronunciado ampliamente desaconsejando la medida. La noticia me alarma y ello me mueve a exponer algunas consideraciones al respecto.

PRIMERO: La medida está planteada como recurso extra-penal. No podría tratarse de otro modo al carecerse de competencias autonómicas para incluirlo en una legislación de orden mayor. Este obstáculo es irrelevante ya que lo verdaderamente importante es la consideración positiva que se ha hecho de la medida. Una vez allanado este componente ético la cuestión de incorporarlo o no al ámbito penal constituye ya un paso de mera oportunidad político-social basada en simples criterios de utilidad. Este último argumento me parece igualmente válido para considerar la cuestión sobre lo irrelevante de la voluntariedad con que se publicita la medida.

SEGUNDO: Resulta paradójica la consideración que se hace sobre el trastorno biológico que afecta al violador (no tendría sentido en otro caso actuar a dicho nivel biológico) con el hecho de pasar por alto dicha circunstancia en el catálogo de atenuantes con el que se valora dicha conducta en el juicio al que se ven sometidas previamente a su condena. Esta paradoja resulta aún mas llamativa si se tiene en cuenta que el referido catálogo acepta trastornos que ni siquiera son congénitos (como podría ser éste el caso) sino de etiología voluntaria como por ejemplo el trastorno producido por las adicciones a ciertas sustancias. Algunas de estas circunstancias son consideradas incluso como eximentes absolutas.

TERCERO: El argumento exhibido sobre la reversibilidad de la medida es risible. Como si una vez aceptada su utilidad y aprobada la validez moral de la medida alguien fuera a preocuparse de su “reversibilidad”. ¿Es reversible la pena de muerte que se acepta en tantos países “civilizados”, donde incluso se cuestiona la utilidad misma de la medida?

CUARTO: Cuando la premisa principal se acepta, se aceptan también las accesorias que cuelgan de ella con independencia de su grado (perdónenme por utilizar el verbo “colgar”). ¿Hasta dónde se podría llegar en este intervencionismo corporal? ¿Intervendríamos únicamente sobre la producción hormonal o también en caso necesario –y por supuesto, al principio, “voluntariamente”- sobre el órgano que la produce? Pongámonos en el caso de que el interesado quisiera asegurar su falta de autodisciplina en la medicación, o de que los efectos secundarios de esta fueran incompatibles con su estado de salud sólo por citar algunos casos. Como vemos todo es una cuestión de grado donde fácilmente se puede siempre aventurar unos pasitos más allá. Y esto me lleva a otras reflexiones más graves: ¿Qué amputaríamos –llámese como se quiera-, por ejemplo, a un cleptómano compulsivo? ¿Y a un calumniador? ¿Y a alguien que depende de su vista para realizar falsificaciones convincentes? ¿Recuperamos de nuevo la lobotomía para los violentos? ¿Y para el que comete delitos derivados de su ideología? ¿Qué tal un lavado de cerebro para este último?

ULTIMO: Este tipo de medidas –tomen nota los progresistas antes de tacharme de retrógrado- ya fueron sumamente populares en épocas pasadas de la historia (y el de la castración, de modo especial, en la época medieval). El progreso social no consiste en aplicar las nuevas tecnologías a planteamientos que ya debieran haber sido superados. Hay una línea, no tan sutil como algunos quisieran, que una sociedad avanzada no debiera nunca de traspasar y el pensar sólo en la víctima principal no es excusa ni argumento suficiente para ello.

Autocensura

Para quienes ocasionalmente hubieran visitado mi blog y hayan decidido retornar por cualquier motivo, relaciono aquellos posts sobre los que he decidido aplicar una autocensura temporal.

-30.06.07; Estatut y estado fragmentado.
-05.09.07; Aquí te salvo, aquí te mato.
-22.10.07; A propósito de cierto "desequilibrio inteléctual".
-20.03.08; Adivinanza machista.
-22.03.08; El tonto del pueblo.
-09.01.09; "La diferencia está en la fuerza".
-09.01.09; Racismo conceptual.
-17.01.09; Gaza: los planteamientos de un lider.

"La modestia del gurú"

(Las Provincias: “Pedro Almodóvar ataca al Papa y su concepto de familia”)

El cineasta que define el nuevo modelo familiar como a un grupo de personas que se quieren y cumplen sus necesidades “sin importar si se trata de padres separados, travestis, transexuales o monjas con sida”, grupos que no viven de acuerdo a ningún tipo de dogma, sino de acuerdo a sus “compromisos con la vida”, dice del Papa que “debería salir a pasear fuera del Vaticano y mirar lo que es una familia de hoy”. Y se le olvida añadir “un modelo de familia de hoy como el que yo estoy contribuyendo a crear a través del poder mediático que tengo en mis manos. Una familia como a mí me gustaría que fuera de acuerdo a mí visión de las cosas y con independencia de que dicha visión sea o no la que mas se ajuste a la relación natural entre las personas”. Y es que a Almodóvar se le ha olvidado este añadido porque el poder que tienen los manipuladores de opinión y los “creadores” de modelos culturales de conveniencia reside en que dicho poder pase lo mas desapercibido posible. Yo no tengo la presunción de creer saber cual es el modelo familiar que mejor se adapta a la relación natural de las personas, sólo conozco el que a mí me gustaría que fuera, y en esto último participan tanto mi razón como mis debilidades. Es este reconocimiento de mis limitaciones, acompañado de la mas elemental prudencia, el que por honestidad me impediría hacer proselitismo en los demás. Si, con todo, tuviera el poder mediático de influir en la opinión de millones de personas y con ello en el destino de sus vidas, y de crear modelos culturales que pueden condicionar a generaciones enteras, la prudencia se convertiría en una norma inquebrantable. Pero claro, la prudencia nunca podrá ser la mejor virtud de alguien que en el mismo articulo afirma que “Un director es una especie de Dios.” y que en su misma línea de modestia, hablando de la relación de trabajo que tiene con su hermano, dice que “No hay nunca competitividad entre nosotros. Alguien ha renunciado a su ego y ese alguien es él”. No se engañen, no es que esté descubriendo las cartas de su poderío para alarmar a sus creyentes, sino lanzando una invitación para que los demás reconozcan su naturaleza carismática y digna de adoración. Dejo para otro articulo el decir lo que pienso sobre determinados modelos de “familia”. Para concluir éste, únicamente les invito a reflexionar sobre los modelos culturales que podrían estar inculcando a las nuevas generaciones otros “gurus” mediáticos que simpatizasen con la violencia terrorista, con la pederastia o con el desprecio por la mujer; y estos sólo por poner algunos casos.

viernes, 9 de enero de 2009

"Vilipendiada Violeta"

No he visto que nadie haga el menor esfuerzo por intentar entender UNO, al menos, de los varios argumentos (ciertamente que casi todos desafortunados) que Violeta Santander ha venido esgrimiendo desde que se ha visto convertida en el cubo de basura donde todos vomitan su furor contra el maltrato de género. Mal favor le hacemos a esta lucha si no queremos admitir que las "politizaciones" no son buenas para casi nada y aún menos para lo que ya es indigno "per se" y no necesita de tamañas muletas. Violeta se quejaba, entre otras cosas, de que toda la percepción del asunto se habia desorbitado porque este había sido "politizado". Hoy leo en la prensa el siguiente titular: "Aguirre (Esperanza) se sube al carro del caso Neira". Y luego: "La presidenta nombra al profesor presidente del Observatorio contra la Violencia de Genero". Y yo me digo: ¿Acaso con tanta "presidencia" no le estamos dando parte de razón a la tan vilipendiada Violeta?.