(Las Provincias: “Pedro Almodóvar ataca al Papa y su concepto de familia”)
El cineasta que define el nuevo modelo familiar como a un grupo de personas que se quieren y cumplen sus necesidades “sin importar si se trata de padres separados, travestis, transexuales o monjas con sida”, grupos que no viven de acuerdo a ningún tipo de dogma, sino de acuerdo a sus “compromisos con la vida”, dice del Papa que “debería salir a pasear fuera del Vaticano y mirar lo que es una familia de hoy”. Y se le olvida añadir “un modelo de familia de hoy como el que yo estoy contribuyendo a crear a través del poder mediático que tengo en mis manos. Una familia como a mí me gustaría que fuera de acuerdo a mí visión de las cosas y con independencia de que dicha visión sea o no la que mas se ajuste a la relación natural entre las personas”. Y es que a Almodóvar se le ha olvidado este añadido porque el poder que tienen los manipuladores de opinión y los “creadores” de modelos culturales de conveniencia reside en que dicho poder pase lo mas desapercibido posible. Yo no tengo la presunción de creer saber cual es el modelo familiar que mejor se adapta a la relación natural de las personas, sólo conozco el que a mí me gustaría que fuera, y en esto último participan tanto mi razón como mis debilidades. Es este reconocimiento de mis limitaciones, acompañado de la mas elemental prudencia, el que por honestidad me impediría hacer proselitismo en los demás. Si, con todo, tuviera el poder mediático de influir en la opinión de millones de personas y con ello en el destino de sus vidas, y de crear modelos culturales que pueden condicionar a generaciones enteras, la prudencia se convertiría en una norma inquebrantable. Pero claro, la prudencia nunca podrá ser la mejor virtud de alguien que en el mismo articulo afirma que “Un director es una especie de Dios.” y que en su misma línea de modestia, hablando de la relación de trabajo que tiene con su hermano, dice que “No hay nunca competitividad entre nosotros. Alguien ha renunciado a su ego y ese alguien es él”. No se engañen, no es que esté descubriendo las cartas de su poderío para alarmar a sus creyentes, sino lanzando una invitación para que los demás reconozcan su naturaleza carismática y digna de adoración. Dejo para otro articulo el decir lo que pienso sobre determinados modelos de “familia”. Para concluir éste, únicamente les invito a reflexionar sobre los modelos culturales que podrían estar inculcando a las nuevas generaciones otros “gurus” mediáticos que simpatizasen con la violencia terrorista, con la pederastia o con el desprecio por la mujer; y estos sólo por poner algunos casos.
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