jueves, 13 de mayo de 2010

"La historia del bombero que apagaba el fuego con gasolina"

(Sobre la reducción del 5% del sueldo a los funcionarios anunciada por el sr. Zapatero - Publicado en todos los medios)

Dice mi amigo, el funcionario, que no entiende porque los opinantes definen su situación en términos de “disminución de ingresos”. Lo que le han disminuido, alega, es su “calidad de vida” (que por cierto no era muy boyante que digamos). La disminución de ingresos la van a sufrir otros. El concepto de ingresos y el de gastos, añade, lo maneja su tendero, el dueño de la cafetería dónde se toma el café, el de su lavadero de coches, su agencia de seguros, su clínica dental...etc, comerciantes y profesionales estos que andan un tanto preocupados porque mi amigo (al igual que ya lo están haciendo otros tres millones de funcionarios) ya les ha comunicado que va a reducir o a prescindir directamente de sus servicios debido al reajuste de su presupuesto doméstico. Y es que mi amigo no tiene otro gasto en su negocio de ganarse la vida que el billete de autobús que utiliza todos los días para ir al trabajo. Y ello es porque cuando se hizo funcionario, a cambio de un sueldo discreto aunque seguro, ya renunció a que su calidad de vida se alzase poco más que sobre la mediocridad; y eso tiene sus pequeñas ventajas y sus modestos inconvenientes. El inconveniente que tienen los comerciantes y empresarios (y éste si que es grave) es que ellos “si” que tienen elevados gastos asociados a su negocio, y que éstos gastos (alquileres, sueldos de empleados, mantenimiento y amortización de equipo e instalaciones...etc) siguen estando ahí, tan imperiosos, lo mismo si suben que si bajan sus ingresos de caja. Por eso resulta que cuando bajan sus ingresos, hasta el punto en que ya no pueden ni cubrir los gastos que le atenazan, tiene que cerrar, despedir a los empleados y dar portazo a los acreedores. De ahí que mi amigo afirme que su negocio de sobrevivir va a seguir igual, aunque le bajen el sueldo junto a los otros tres millones de colegas que se embarcaron en el mismo viaje, y aunque su calidad de vida desmerezca. Pero hay otros, negocios, comercios, empresas,,,etc, que ya andaban rozando la línea de quiebra, que van a tener que bajar la persiana cuando el consumo de sus clientes (entre los cuales se encuentran los tres millones ya citados) se reduzca aún más. Y es que algunos no se quieren enterar que para que la economía siga adelante el dinero tiene que circular, tiene que moverse. No se puede retirar dinero de la economía pedestre para dárselo a las grandes instituciones que financian la deuda publica para que lo dediquen a sus jueguecitos bursátiles y especulativos. Mi repetido amigo aún añade que, vale, que sigan bajándole el sueldo hasta que se cansen...que él aún tiene margen de maniobra. Ya tiene preparada una lista para su próximo apretón de cinturón: su cuota mensual a cierta ONG, la asistenta que le limpia dos horas a la semana...y es una lista muy larga...es la economía de la calle. ¿Y las empresas? ¿Tienen aún mucho margen de maniobra?. Dice mi amigo que le resulta muy exótica la formula que ha elegido el Gobierno para reactivar el consumo y generar mas empleo... Y yo, que siempre estoy discutiendo con él por todo, no he tenido mas remedio que darle esta vez la razón.

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